Debido a la emergencia de salud de preocupación internacional del Coronavirus, todas las personas modificaron las actividades diarias que realizaban, cumpliendo las prohibiciones establecidas por el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) exceptuando en algunos casos.

El estrés
Para Bruce McEwen (como se citó en Paez y Rìos, 2016)El estrés puede ser definido como una amenaza real o supuesta a la integridad fisiológica o psicológica de un individuo que resulta en una respuesta fisiológica y/o conductual.
¿El estrés en los niños es bueno y hasta que punto?
El estrés en la niñez es natural pero en niveles normales porque permite al niño adaptarse a nuevos cambios para comenzar de nuevo, es como un ente de alerta ya que es el responsable de que hubiera una respuesta rápida y eficaz frente a un estímulo; el problema del estrés surge cuando afecta a la vida cotidiana debido a que existe un factor tan agravante como la pandemia que afecto la dinámica de todos mas ahora con la nueva normalidad.El estrés bueno y estrés malo: Aprende a diferenciarlos HAGA CLIC para ver el vídeo.
¿Cuándo se debe preocupar?
Cuando se observar en los niños los cambios en los estados de ánimo, alteraciones del sueño, formas de interacción, perdida de apetito, el uso de tecnología, a los silencios recurrentes y prolongado(parecen que no están ahí, como si estuvieran desconectado), cambios de conductas, renuncian actividades que realizaban.¿Qué hacer?
Mantener los horarios y la rutina que se realizaban antes del confinamiento, ser selectivos con los programas de televisión, juegos y de los aparatos electrónicos (celular, tablets y computadores, entre otros).Fortalecer sentimientos de autoestima, con el afecto, utilizando recompensas cuando controla las situaciones de estrés.
Estimular actividades físicas como bailar, ejercicios musculares, jugar, yoga, bailoterapia, entre otras.
Realizar actividades lúdicas, artísticas, recreativas y divertidas.
Adecuar un rincón de la calma donde exista elementos relajantes, para que los niños tengan su espacio.
Si persisten estos cambios de comportamiento se debe comunicar con un especialista.
Bibliografía
Paez, A. y Rios, Y. (2016). Impacto de las actividades cotidianas y del hogar en la salud en el trabajo.
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